Una vida sexual plena y placentera es muy importante para la buena relación en la pareja. Esto te lo he dicho antes, pero lo cierto es que mantenerla encendida requiere trabajo. Los momentos de intimidad ya no fluyen de forma espontánea. Entre el trabajo, la carga mental, las pantallas, los hijos, las preocupaciones y el cansancio… muchas veces el deseo se queda sin espacio para aparecer. Y cuando eso pasa, muchas parejas empiezan a preguntarse: “¿Y si probamos a agendar el sexo?”
Hace unos días hablé de este tema en una entrevista para elDiario.es, porque es algo que estoy viendo muchísimo en consulta. Y no, no es una tontería: cada vez más parejas están programando el sexo como si fuera una reunión del trabajo o una cita médica. ¿Funciona? La respuesta es depende. Y vamos a entender por qué.
Cuando la rutina apaga el deseo
Si estás en pareja desde hace tiempo, probablemente te sientas identificado con alguna de estas situaciones:
- Os queréis, pero el sexo se ha enfriado.
- La cama se ha convertido en lugar para dormir, no para disfrutar.
- El móvil os acompaña a todas partes.
- El día se va volando y llegas a la noche sin ganas y agotada/o.
Y ¡cuidado! esto no pasa porque la relación esté mal. Pasa porque el deseo necesita tiempo, estímulo y espacio… y actualmente vivimos en piloto automático corriendo para todo.
Entonces… ¿agendar el sexo es buena idea?
Aquí va la clave: No hay que agendar el sexo. Hay que agendar la intimidad. Cuando ponemos en el calendario “Jueves 22:00 – sexo”, lo que hacemos es convertir la intimidad en una obligación. Y cuando algo es obligación, el deseo desaparece.
Pero cuando lo que programamos es una cita, un rato para estar juntos sin pantallas, sin interrupciones y sin expectativas rígidas, entonces creamos espacio para que el deseo tenga dónde aparecer. La diferencia está en la intención. No es: “Tenemos que hacerlo.” Es: “Quiero conectar y pasar tiempo contigo.”

Cómo despertar el deseo (sin presiones)
- Reservar una cita semanal: No para “cumplir”, sino para estar juntos. Un paseo, un vino, un masaje… lo que permita bajar el ritmo.
- Prohibir las pantallas en ese ratito: La atención es erótica. La distracción, no.
- Empezar por el cuerpo, no por el objetivo: Caricias, abrazos, besos, contacto lento. El deseo se despierta sintiendo.
- Hablar de lo que necesitáis: La comunicación es afrodisíaca y estimulante. El silencio mata el deseo.
Recuperar la chispa sí es posible
Lo veo cada día en consulta. La mayoría de parejas no han perdido el deseo: se han perdido en el día a día, en el cansancio y las tareas de la semana. El deseo sigue ahí, esperando espacio, presencia y un poquito de intención.
Si sientes que “está costando conectar” o que “algo se ha apagado”, es hora de tomar acción y ponerse manos a la obra para recuperar la intimidad y sobre todo, cuidarla. Pero si lo que necesitas es acompañamiento o herramientas, mi equipo y yo estamos aquí para ayudarte. Puedes pedir tu cita aquí.
Recuerda que no se trata de volver a como era al inicio de la relación. Se trata de construir una nueva forma de intimidad y sentir deseo y ganas.